“LA CALIDAD DE SERVICIO NO ES LO QUE TU DAS. ES LO QUE EL CLIENTE RECIBE” - Peter Drucker
Bajo
la riqueza de nuestra grata profesión, nos caracterizamos por el gran sentido
de responsabilidad con nuestros clientes. Pero para lograr dar ese servicio
profesional que deseamos, hemos tenido que asistir años a una universidad y
luego de graduarnos el camino continúa, ya que debemos estar en constante
formación y avance, sin dejar de lado la respectiva integración al colegio
profesional que corresponda.
Todo
esto es un conjunto que garantizará la calidad del servicio que prestamos. Sin
embargo, hay algo que está por encima de todo esto, la base de nuestro actuar,
no solo con nuestros clientes, sino con nuestros colegas. Hablo entonces de la
ética profesional.
La
ética profesional es el conjunto de normas aplicadas en el desarrollo de una
actividad laboral y marca formas de conductas dentro del desempeño de una
profesión. Determina las pautas del desarrollo laboral mediante valores que
poseen los seres humanos. Es indispensable en cualquier persona que desee
trabajar e implica la práctica de principios como la independencia, competencia
profesional, debida diligencia, conducta profesional, objetividad,
confidencialidad, y valores como la responsabilidad y la puntualidad.
Si todas las personas actuáramos de manera ética:
respetuosos, honestos, responsables, probablemente no serían necesarias las
leyes y no existiría la necesidad de penalizar el delito.
Sin embargo, ante la realidad que hoy nos aqueja, esta
ética está quedando en el olvido en muchos sectores, y el nuestro no es la
excepción. Cuando esta lamentable conducta sale a relucir, nos encontraremos
frecuentemente con competencia desleal, la cual trata de minimizar la
importancia de nuestra profesión, ya que se produce el cobro de honorarios
ridículos por servicios profesionales, así como el ejercicio de la misma, de
manera informal.
Esto nos afecta como gremio, ya que se crea un clima de
rivalidad y una lucha, donde la solidaridad muere en la cacería temeraria de
clientela a costa de menospreciar la importancia de nuestra labor. Hoy hacemos
un llamado para que esta conducta no se propague, al contrario, debemos de
mantenernos unidos bajo el valor de la solidaridad y hermandad, actuando
conforme a ese alto grado de profesionalismo, que han ido forjando en nosotros,
la experiencia y el crecimiento constante. Recordemos que no solo nos debemos a
nuestros clientes, sino también a nosotros mismos como personas, como
profesionales y como colegas.
La palabra "honorario" viene del latín
"honorarius" y significa "que sirve para honrar". Es decir,
el profesional cobra por su honor. El diccionario etimológico describe
"Honor" como: HONOR. La palabra "honor" viene del latín
honos, honoris, que describía ciertas cualidades (rectitud, decencia, dignidad,
gracia, fama, respeto, etc.) que deberían tener las personas que ejercen una
carrera profesional. De ahí también las palabras: honesto, honrado, honradez,
honra, honorable, etc.
Autor:
Arturo
Baltodano
BCR
Consultores
ALTAC
Costa Rica
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